Destaca por su tradicional hospitalidad ibicenca entre establecimientos más comerciales, su herencia familiar y su compromiso con experiencias gastronómicas memorables.
El servicio es de primera categoría, con un personal que hace todo lo posible para brindar un excelente servicio. Los meseros corren y vuelan por ti, asegurando una experiencia placentera para todos.
Se puede encontrar un ambiente súper divertido y relajado, con buena música y un toque holandés. Además, ofrece comodidades para niños y tumbonas frente a la playa, encapsulando la esencia del estilo de vida lujoso pero relajado de Ibiza.
El amplio menú mediterráneo satisface todas las preferencias dietéticas y ofrece una variedad de opciones. Destacan los langostinos al ajillo en porciones generosas y la Paella del ciego por su sabor y presentación. Además, la sangría estuvo deliciosa como siempre.
La adición considerada de toallas de mano para las comidas que incluyen bocadillos y la oferta de un chupito tradicional al final de la comida resaltan la atención al detalle y el apego a la tradición del restaurante.